Poet's Abbey (Blog de lecturas)


Adiós a todo eso

La mejor novela que se ha escrito sobre la Primera Guerra Mundial probablemente sea Adiós a todo eso de Robert Graves; que es un relato autobiográfico que el autor inglés escribió a los treinta y tres años sobre sus memorias en las trincheras francesas. 

Es una obra que me ha impactado casi tanto como Homenaje a Cataluña, de Orwell, sobre la guerra civil española; o Vida y destino, de Grossman, sobre la Segunda Guerra mundial. 

Esta autobiografía de Graves es el gran eco del soldado derrotado en el Somme, como representación de todas las batallas. El título es ya una despedida. Y nos enseña, como decía Steiner, que el sueño prometeico de la tecnología puede conducir tanto al infierno como al paraíso.




El patriotismo en las trincheras era un sentimiento demasiado remoto, se consideraba válido sólo para la población civil y los prisioneros. Cualquier recién llegado que hablaba de patriotismo recibía pronto la orden de callar.


Inglaterra nos resultaba extraña a los soldados repatriados. No podíamos comprender la histeria bélica que se extendía enloquecidamente por todo el país. Los civiles hablaban un lenguaje que nos resultaba ajeno; era el lenguaje de los diarios.


De cualquier manera, envidiaba la vida de los padres (nada de guerras, nada de asuntos amorosos), su abadía en la colina,  admiraba su bondad, su amabilidad y seriedad. ¡Aquellas celdas limpias, encaladas, y las comidas en silencio en larga mesas de roble mientras un novicio leía vidas de santos! (...) En Quarr, el catolicismo dejó de repugnarme.


No protesto contra la dirección de la guerra, sino contra los errores políticos y la mentira constante por los que se está sacrificando a los combatientes.



Robert Graves, Adiós a todo eso, 1929

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